Virgen de la Cabeza (Cazorla)


Virgen de la Cabeza

La tradición nos cuenta como en tiempo de la ocupación musulmana ya se veneraba una imagen, la cual y para que los «no creyentes» no la profanaran, fue ocultada en un lugar cercano a la ermita llamado «las calles oscuras». Allí no sabemos con exactitud cuanto tiempo estuvo escondida, se sabe por un pastor que guardaba su rebaño en el lugar anteriormente mencionado, que producto de una tormenta un rayo cayó sobre las rocas donde estaba escondida la imagen, desplomándolas y que al mismo tiempo apareció Nuestra Madre. Cuentan que el pastor quedó impresionado y corrió a Cazorla a explicar el evento, pero cuando subieron unos cuantos vecinos del lugar vieron con sorpresa como algunas personas de La Iruela se la llevaban. Lógicamente hubo una disputa entre ellos, en el cual los de La Iruela consiguieron llevársela e intentaron hacerle una ermita, lo que no lograron, ya que cada vez que llegaban a una altura siempre se les caía la ermita, tanto es así que la tercera vez que esto ocurrió mató al maestro de obras.

Fue entonces cuando los cazorleños levantaron la ermita donde está ubicada en la actualidad y empezaron a venerar la imagen como patrona bajo el título de «Nuestra Señora de la Cabeza». Desde entonces, el último sábado de abril los pastores le ofrecían y le ofrecen sus mejores borregos, tanto es así que la Hermandad disponía de su propia tiná y llegó a tener en propiedad tres mansos y unos cien o ciento cincuenta borregos, los cuales sacaban y sacan en procesión exhibiéndolos al pueblo el domingo antes del día grande. Según los entendidos, y aunque de esto no existe nada escrito, la ermita data del siglo XIII. Lo más cercano en el tiempo que se conoce es una donación que algún devoto hizo a la Virgen en el año 1.540. Dicha donación se trató de una piedra labrada en la que ponía: «Virgen tus maravillas se realizaron en mí» y de la cual hemos recuperado media piedra, aunque sí tenemos copia de la inscripción entera.

En un principio la Hermandad estaba esencialmente constituida por pastores y ganaderos, así como miembros del clero y de la nobleza. Entre estos últimos se distinguió en el SXVII, D. Sancho Fernández de Angulo, fundador de la ciudad de Nueva Barcelona en América.

Durante la Guerra de la Independencia, numerosas familias se refugiaron en la ermita, que fue incendiada por los franceses en septiembre de 1810. La efigie de Nuestra Señora se salvó, ocultada entre unos matorrales. En 1936 aquella imagen fue destruida, pero acabada la contienda civil D. Francisco Gomara realizó la preciosa talla actual a la que dio color negro, quizá pensado en la Virgen Morenita de Andujar. El tono oscuro no gustó al pueblo cuando la vio, por lo que fue devuelta a su autor exigiéndose el cambio de color.

En “ La Romería ”, el último domingo de Abril de cada año, se sube a la Virgen hasta el Santuario, y a la caída de la tarde, se baja a la parroquia, en donde permanece todo el mes de Mayo.