Se ubica en las estribaciones inferiores del cerro de Salvatierra, hacia el este, sobre el río de Cazorla y encima de un saliente rocoso. Su planta es irregular y responde no solo a la topografía del sitio sino también a sus continuadas transformaciones.
De oeste a este presenta las siguientes estructuras:
- 1 La gran torre del homenaje con su patio de armas.
- 2 Un recinto intermedio con estructuras de servicio, aljibe, almacén etc.
- 3 Un recinto reducido que forma el complejo acceso a la fortaleza.
- 4 La albacara o recinto amurallado exterior, defendido por torres de planta rectangular y posiblemente con una puerta hacia el sur y un postigo hacia el noreste.
La disposición de estas estructuras esta siguiendo el desnivel del terreno, por lo que la altura existente entre la zona más occidental y la oriental, es considerable.
Las profundas transformaciones sufridas a lo largo de este siglo, sobre todo desde los años setenta y ochenta, han provocado que parte de la original construcción este enmascarada por las obras recientes.
Sus orígenes son inciertos, posiblemente musulmanes aunque de ellos apenas si podemos reconocer algunos muros de tapial y algunos elementos aislados. Podemos pensar que se tratara de un «hims» o fortificación poco compleja para los musulmanes esparcidos por la zona y que en época cristiana, al trasladar la capitalidad del adelantamiento a Cazorla, se retomara su total reestructuración.
La torre es su elemento más representativo. Arquitectónicamente es de planta cuadrada con tres alturas y terraza. Bajo la planta primera, un posible aljibe que recogiera el agua de lluvia, abierto sobre la roca del cerro.
La construcción esta realizada en piedra caliza y con una buena cantería, la toba solo es utilizada en lugares muy determinados. El modelo constructivo se basa en una cimentación sobre la roca, apoyándose la construcción sobre muros de gran grosor, que van disminuyendo conforme la edificación se eleva, así la ultima planta, tiene muros de casi un metro cincuenta menos de grosor que en su base. Esto permite abrir ventanales, en este caso dobles (geminadas). Las cubiertas de estas estancias son diferentes en función del nivel o altura. En la planta primera es una bóveda de medio- cañón apuntada de excelente factura, dintelada o plana en la segunda y de una magnifica bóveda de crucería para la ultima.
La ultima planta es la mas notable arquitectónicamente, con tres amplios ventanales con ventanas geminadas y unas columnillas decoradas toscamente, abiertas al norte, este y oeste. La bóveda es muy alta, de crucería y con cuatro nervios muy pronunciados.
Del resto de la construcción, destacaremos la entrada a la fortaleza, es en pendiente y zigzagueando hasta alcanzar el recinto intermedio. Por lo general en la fabrica o construcción de la fortaleza, hay elementos constructivos de influencia musulmana, al igual que en la resolución arquitectónica de algunos de los espacios, esto nos puede hacer pensar en la utilización de obreros y alarifes de origen musulmán. La utilización del ladrillo y el mortero, así como la solución de la puerta de acceso o del aljibe de la torre, nos hacen sospechar de esta presencia.
La albacara presenta una mayor libertad constructiva, utilizando todo tipo de materiales y con un trazado ajustado a la topografía del lugar. Las torres adosadas son irregulares en su planta e incluso se levantan simultáneamente que los muros, para cimentarse en parte sobre ellos. Del resto de muros que pudieron formas parte de un segundo recinto amurallado apenas si quedan restos, aunque hacia el camino de san Isicio, al oeste o en las laderas que caen hacia el camino de la ermita del Santo Ángel, permiten intuir una segunda línea que las uniera por la calle de la Luz.
Por su tipología arquitectónica y por algunos de los materiales encontrados, sus orígenes quizás pudieran ser musulmanes de época almohade, aunque el grueso de la obra, debe ser de un momento de finales del siglo XIII y con mas certeza hacia el siglo XIV
Texto: Juan Antonio Bueno Cuadros
Cronista Oficial de Cazorla.